En el año de 1969 ante la inquietud del Profesor Jaime Buentello Bazán por promocionar el folklore mexicano, rescatar las costumbres y tradiciones del Estado de Nayarit, así como difundirlas a la sociedad y proyectarlas a nivel nacional e internacional; se funda la primera institución destinada a preparar los elementos que harían posible el ideario de tan prestigiado maestro. El nombre que llevó dicha institución fue: "Academia de la Danza Mexicana" donde se trabajó con un director, dos maestros y una secretaria. Los alumnos que egresaron en ese entonces llevaban tres materias por grado durante cuatro veranos y obtenían un documento que los acreditaba como promotores en danza. En 1975 se reestructura el plan de estudios para brindar una preparación más completa y adecuarla a las necesidades que prevalecían hasta ese entonces, el documento seguía teniendo el nivel de promotor en danza con el incremento de dieciséis materias a veintiocho.
En 1976 a solicitud del director fundador ante la Secretaría de Educación y Cultura, cambia el nombre del plantel pasando a ser de academia a "Escuela de la Danza Mexicana" con una oferta educativa nivel técnico y profesional. Fue hasta el año de 1980, después de haber demostrado con trabajo y de adquirir un alto prestigio a nivel nacional; que se otorga la validez oficial en registro de profesiones con carácter retroactivo al año siguiente. Al deceso de su fundador, queda al frente como directora la Profesora María Teresa Tomé Reynoso de la Escuela de la Danza Mexicana la cual lleva el nombre del “Profr. Jaime Buentello Bazán”. El prestigio que la institución ha adquirido se debe en gran parte a la puesta en marcha de grandes proyectos como lo fueron en aquel entonces los "Festivales Nayaritas" que se presentaban en los cursos de verano los viernes, sábados y domingos de cada semana de la duración del curso, mismos que tiempo después cambiaron su nombre a "Retablos Mexicanos" conservando su concepto para el que fueron creados. Asimismo, por la escuela han egresado grandes forjadores y multiplicadores de la danza mexicana que cuentan con una alta estima por parte de la sociedad mexicana, y son directores de grupos o ballets folklóricos a lo largo de nuestro país y fuera de este.